Ayer 28 de enero de
2018 se celebraron la 60º edición de los Grammy. Estos se convirtieron en un
gran homenaje a la música bailable, divertida y luminosa. Lo hicieron a través
de Bruno Mars, el hawaiano de 32 años que con el disco 24K Magic logró, por sorpresa todos los máximos premios de una noche
en la que todas las miradas estaban puestas en el duelo de raperos entre Jay-Z
y Kendrick Lamar. Lamar ganó cinco grammys, pero el máximo reconocimiento de la
industria volvió a dejar de lado a este género.
That’s
what I like, de Bruno Mars, es la canción del
año y 24K Magic es la grabación del
año. La mejor actuación pop individual fue a parar finalmente a Ed Sheeran,
ganador del mejor álbum pop vocal, que competía con su éxito Shape of you.
Aunque Despacito no triunfó en música latina,
la cantante colombiana Shakira logró el hito de ser la única artista femenina
en ganar dos veces el premio al mejor álbum pop latino, que ya obtuvo hace 17
años por su MTX Unplugged. Otro
artista que repitió distinción y a la vez logró un hito fue el canadiense The
Weeknd, que ganó con Starboy como
mejor álbum urbano contemporáneo, el único en conseguirlo dos veces.
Una de las
categorías más codiciadas de los Grammy, la de mejor nuevo artista, fue para
Alessia Cara. La canadiense de 21 a la que conoció el mundo como la voz de
Moana en How far I’ll go ha triunfado
este año con 1-800-273-8255.
La noche no estuvo
volcada, como ha ocurrido en las galas de cine, en el movimiento contra el
acoso de las mujeres. Apenas ha llegado a la industria de la música. Sí hubo un
número especial en el que esa salió al escenario a cantar Praying con Camila Cabello y Cindy Lauper contra el acoso sexual.
No faltaron los tributos
a músicos fallecidos recientemente, como los legendarios rockeros Chuck Bery y
Fats Domino, a quienes dedicaron su actuación Joan Batiste y Gary Clarke JR., o
Tom Petty, homenajeado por dos generaciones de músicos country. Se entregó el
título póstumo como mejor interpretación rock para Leonard Cohen, por el
estremecedor relato de su propia despedida del mundo en You want it darker.
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