sábado, 24 de febrero de 2018

Gluck y la reforma operística


Christoph Willibald Gluck nacido en Alemania en 1714 fue compositor y teórico alemán. El lugar destacado que ocupa en la historia de la música radica sobre todo en la reforma que llevó a cabo del género operístico, precursora que propugnaría Richard Wagner un siglo después. Hijo de un guarda forestal, en 1736 el príncipe Lobkowitz tomó a Gluck a su servicio en Viena, y un año después el príncipe Melzi se lo llevó consigo a Milán, en Italia, donde recibió lecciones de composición de Giovanni Battista Sammartini.

Fruto de estas enseñanzas fue su primera ópera seria, Artajerjes, compuesta en 1741 según el estilo italiano entonces imperante. Dado el éxito alcanzado, Gluck dio a la escena nuevos títulos, entre ellos Il Tigrane (1743), La clemencia de Tito (1752) y La Cinesi (1754). Ninguno de ellos dejaba entrever las innovaciones que lo harían célebre, antes al contrario: se adaptaban plenamente a las convenciones formales de la ópera seria.



La reforma de la ópera sobrevino debido a los excesos que se produjeron en la ópera barroca, los cuales provenían sobre todo, por parte de los castrati y algunas sopranos, que tampoco se quedaban atrás a la hora de querer demostrar ante el público sus habilidades en el canto.

Lo que hizo Gluck fue abandonar los principios barrocos para centrarse en los neoclásicos. Todo lo que definía al periodo barroco: el desequilibrio, la ornamentación y la exuberancia, deja de tener interés, y los gustos se encaminan hacia la búsqueda del equilibrio, la simplicidad y todo lo que se refiere al mundo clásico. Consecuentemente volverán a la escena los héroes y dioses de la mitología y el drama al estilo griego y romano.

Gluck puso fin a los larguísimos recitativos con el único acompañamiento del clavecín. Dispuso que los recitativos fueran también orquestados como lo eran las arias. Éstas, por otra parte, tenían que ser más cortas, eliminaba así las anteriores arias da capo.

También puso coto a toda ornamentación superflua en el canto, siempre y cuando no fuera estrictamente necesaria. Los castrati vieron así como terminaba su hegemonía en la ópera. A su decadencia contribuyó también que Gluck dispuso que cada personaje fuera interpretado por el tipo que representaba, es decir que el hombre tenía que tener voz masculina y la mujer femenina.

Con la reforma de la ópera de Gluck los argumentos también se vieron afectados, éstos tenían que ser reales, y los textos debían tener la importancia requerida para lograr un mayor realismo.

Otra innovación de esta reforma de la ópera, fue la recuperación del coro. Si pensamos en que el modelo del neoclasicismo eran los dramas griegos y romanos, la presencia del coro era obligada, puesto que en esos antiguos dramas clásicos el coro tenía un importante papel.

Estas reformas también afectan a la obertura. Tenía que tener una unidad con lo que vendría a continuación en el primer acto.

Donde antes se adoptaron y gustaron más las ideas de la reforma de la ópera de Gluck fue en Francia. A los franceses les pareció espantosa la presencia de los castrati en las óperas que venían de Italia, así que Gluck se fue a Francia donde contó con el apoyo de María Antonieta, lo que le abrió las puertas de los teatros de ópera en ese país. Al no consolidarse la reforma en Viena, se fue a vivir a Francia, donde se estableció en 1733 y en el cual dio a conocer con éxito Ifigenia en Áulide (1774), Armide (1777) e Ifigenia en Táuride (1779).



También tuvo gran éxito con la ópera Orfeo y Eurídice (1762)




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martes, 13 de febrero de 2018

Händel


Georg Friedich Haendel o Händel (Halle 1685 - Londres 1759), compositor alemán. Estudió música con F.W. Zachow. Tras ejercer como organista en la catedral de Halle, en 1703 marchó a Hamburgo en calidad de violinista de la orquesta dirigida por R. Keiser.

A finales de 1706 viajó a Italia. Estuvo en Florencia y luego se trasladó a Roma, gozó de gran aprecio como organista y como compositor de música vocal. En 1709 se trasladó a Venecia donde su ópera Agrippina obtuvo un éxito apoteósico. Poco después fue nombrado maestro de capilla del príncipe elector Jorge Luis en Hannover.

Realizó varios viajes a Londres, donde se estableció tras el éxito de su ópera Rinaldo. Colaboró activamente en iniciativas teatrales, compuso obras para la corte y la nobleza y se hizo cargo de la dirección de la Real Academia de Música, creada para promover en Londres la representación de óperas italianas.



De su producción de estos años destacan Música acuática (1717), la obra teatral Acis y Galatea (1718) y las óperas Ottone (1723), Giulio Cesare (1724), Temerlano (1724), Rodelinda (1725), Alessandro (1726) y Admeto (1727).



Tras el éxito del nuevo género de la ópera balada (ballad opera), comenzó a desarrollar un nuevo género de oratorio dramático, cuyos primeros ejemplos fueron Esther (1732), Deborah (1733) y Athalia (1733).

En 1741 se trasladó a Dublín, donde el año siguiente estrenó su obra maestra, el oratorio: El Mesías. Instalado nuevamente en Londres, pasó unos años difíciles, tras los que reconquistó el favor del público aristocrático y pudo reanudar activamente la composición, a pesar de su progresiva pérdida de visión. La obra instrumental Música para los reales fuegos de artificio (1749) tuvo gran éxito. 


    
El Mesías
    
Música para los reales fuegos de artificio
     



La monumental obra de Händel es una síntesis perfecta de la época barroca.

domingo, 4 de febrero de 2018

Premios Goya


Y a la cuarta…

 
Ayer se celebró en Madrid la 32 Edición de los Premios Goya del Cine Español, y dentro de los mismos nos ocupa el Goya a la Mejor Música Original. En esta categoría, cuatro eran los compositores que optaban a este premio:


Alberto Iglesias por La cordillera
Con el honor de ser el profesional que más premios Goya soporta sobre las espaldas –diez ha logrado–, presentaba en La cordillera  una obra, repleta de matices y dinámicas, que conjuga estadios emocionales muy dispares –dramáticos, poéticos y sombríos– combinándolos en un escenario único repleto de ambigüedad. Un macabro e irónico vals ejerce de ancla como tema central.
Alfonso de Vilallonga por La librería
Compositor que ya disfrutó del éxito del Goya por su trabajo en la bergeriana BlancanievesLa librería le vale nominación por partida doble. La música y las canciones acompañan el mundo minimalista de su protagonista y delimitan el hábitat en el que se desenvuelve, siempre desde una perspectiva poética y empática presidida por un tratamiento camerístico de la cuerda y un encantador toque jazzístico.
Eugenio Mira por Verónica
El caso de Eugenio Mira es más sorprendente, puesto que se trata de un cineasta de éxito –AgnosiaGrand Piano– devenido compositor. Verónica, supone su primera nominación a los premios. Mira acude a esos sonidos ochenteros, afines a la moda retro, que se han vuelto muy populares en géneros como la ciencia ficción y el terror. A través del empleo de sintetizadores, logra crear una opaca atmósfera, asfixiante y macabra, sumamente necesaria para conseguir que este perturbador e inquietante relato rebose atrevimiento y credibilidad.
Pascal Gaigne por Handia
Fragmento música película
Aunque lleva treinta años componiendo para el cine español, desde el primer día no ha renunciado a un estilo muy personal, heredero de estéticas tan equidistantes como el impresionismo francés y el minimalismo americano. Esta es su cuarta nominación a los Premios, ya disfrutó de este honor en:
GOYA 2017 nominación mejor música por El olivo
GOYA 2015 nominación mejor música por Loreak (Flores)
GOYA 2012 nominación mejor canción para “Verbo”, (con Nach).


Pascal Gaigne tras recibir el Goya
Y como dice el título de esta entrada, a la cuarta Pascal Gaigne ha conseguido el ansiado Goya.

En Handia continúa explorando una nueva dirección musical a la que parecen conducir sus últimos trabajos, donde el impulso dramático viene determinado por un estilo contrapuntístico y pulsátil apoyado en la tecla y la cuerda. Sobre ese espacio, mágico y lírico, se desarrolla de manera lenta y hermosa un delicado leitmotiv que conduce la historia desde la tradición a la modernidad, de la ficción a la realidad.

Compositor nacido en Caen (Francia), el 25 de junio de 1958, ha estudiado música en la Universidad de Pau (Fr) con Guy Maneveau y en el Conservatorio Nacional de Toulouse, donde, en 1987, obtiene sendos 1os Premios en composición y música acusmática/electrónica. En 1985 fijó su residencia en San Sebastián (España) y a finales de la década comenzó a trabajar en el cine.

Polifacético compositor, trabaja desde entonces en diferentes campos como:
  • Música de concierto interpretada por orquestas, grupos instrumentales y solistas de prestigio internacional siendo premiadas sus obras en diferentes festivales internacionales como el de Linz (Austria) y Bourges (Francia) e interpretadas en países como USA, Japón, China, Finlandia, España, Portugal, Francia, Bélgica… etc.).
  •  Musica para cine (más de 90 largometrajes , cortos y documentales) con directores reconocidos como : Víctor Erice (El sol del membrillo), Daniel Sánchez Arévalo (Azul oscuro casi negro, Gordos), Iciar Bollaín (El Olivo, Flores de otro mundo, Katmandu un espejo en el Cielo), Montxo Armendáriz (Silencio roto), etc….
Sus composiciones para cine han sido galardonadas en varias ocasiones  entre las que destaca La Palma de Oro en el festival de Buenos Aires para “El otro barrio”, y el premio de Mejor banda sonora Europea para “Azul oscuro casi negro”, y los premios JUSSI (Finlandia) como mejor BSO.
  • Música para teatro con las compañías Txalo, Théatre du Rivage, Théatre des Chimères (El Círculo de Tiza), Pok producciones , Teatro Español (Nina), Aracalad danza, Rakata cie (Fuente Ovejuna), etc….

Su labor como productor musical y arreglista se desarrolló con varios grupos y cantantes : Amaia Zubiria, Labordeta, Beñat Axiary, Faltriqueira, Tapia, Labrit, Abya Yala...


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