Vamos a ver alguna
de las grandes diferencias: Verdi se desarrolla desde un tradición muy italiana
(Rossini, Donizetti Bellini…) mientras que Wagner sigue el camino de la música alemana
(Beethoven, weber…) dos escuelas que en la ópera no tiene prácticamente nada en
común. Wagner y Verdi llegan a ese mismo fin de continuidad en el drama musical
rompiendo ataduras y restricciones de números cerrados, arias, recitativos…
pero el alemán lo hace siguiendo su plan teórico, muy estudiado y reflexionado,
en cambio Verdi lo hace por necesidad teatral, por convicción y búsqueda de una
perfección escénica.
Y así vemos lo
diferente que son los resultados, mientras Wagner abraza la melodía infinita
plagada de leitmotiv en una forma
sinfónica total donde la orquesta es protagonista, el italiano nunca renuncia a
un caudal exuberante de melodías, a la importancia del cantante en escena, en
un solo acto de cualquier ópera de Verdi hay tantas melodías como en toda la tetralogía
wagneriana.
Ambos saben que el
texto era muy importante, el alemán decidió escribirlo él mismo mientras que el
italiano tuvo que torturar a diferentes libretistas hasta la extenuación para
conseguir su objetivo.
Verdi nos muestra
al individuo, a cualquiera de nosotros, sobre todo sus defectos, sus temores y sufrimientos,
su lucha contra la sociedad; por lo que prima la acción, los cambios drásticos
de ritmo, los golpes de efecto teatrales, que tan ridículos les parecían a los
wagnerianos antes de la aparición del cine, que nos acostumbró a ese lenguaje “del
susto”. Wagner, en cambio, nos habla de dioses y mitos, de leyendas lejanas, sobrehumanas,
de grandes pasiones épicas en un desarrollo largo, complejo y espectacular del
inicio al final, la acción dramática viene sustituida por la reflexión, dibuja
héroes frágiles y confusos, mostrándonos su humanidad.
La Traviata (Verdi)
La Valquiria (Wagner)
Información extraída de:
- http://iopera.es/verdi-y-wagner/
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